¡Al fin es viernes!
Estoy feliz porque es viernes (esta semana he estado cansadísima), y también estoy feliz por la respuesta que produjeron los artículos de esta semana en el blog.
Gracias por seguirme, por leerme, por compartir el blog, y por hacerme preguntas tan interesantes y que me ayudan tanto a escribir más artículos útiles :)
De hecho, con el post de hoy quiero cerrar esta pequeña serie de artículos sobre la insulina y su papel en nuestro control de peso. Ya la teoría está explicada, y el post de hoy quiero hacerlo súper práctico, de manera de darte algunas herramientas que te servirán para tomar el control de tu salud y abrirle la puerta a ese cuerpo delgado que todos queremos.
¿Sabes qué es lo mejor de esto? Que puedes empezar a aplicarlo ¡hoy mismo!
Así que aquí tienes cómo hacerlo.
El tamaño sí importa
Ya sabes que cada vez que comes o bebes algo se libera insulina en tu sangre. También ya sabes que la cantidad de insulina liberada depende de cuánta azúcar (glucosa) pasa a la sangre en un momento dado.
Más adelante te voy a decir algo más sobre esto, pero por el momento te cuento dos cosas que se saben desde hace muy poco sobre la liberción de insulina:
Se libera insulina incluso si no comemos carbohidratos (que son los que hacen subir el azúcar en al sangre)La cantidad de insulina liberada aumenta mientras más calórica sea la comidaEsto quiere decir entonces que si quieres controlar las cantidades de insulina liberada, es recomendable no consumir porciones demasiado grandes de alimentos muy calóricos.
Recuerda que los alimentos que aportan mayor cantidad de calorías son los que son ricos en grasas. Particularmente se recomienda evitar la mezcla carbohidratos
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