En estos días debe ser que tengo muy poca paciencia, pero he estado mirando algunas cosas por aquí y por allá que me hacen perder un poco los cabales.
Sobretodo en el Twitter (en donde me la paso preguntando cosas y nadie nunca me responde), he visto como los supuestos "expertos" en adelgazamiento y fitness se la pasan lanzando consejos y recomendaciones completamente anticuados que lo único que demuestran es que hace años que no se leen ni un solo artículo científico.
Ya te había comentado de esto en un post anterior, pero igual me sigue llenando de odio ver cómo estas personas con miles y miles de seguidores siguen regando las ideas ya extintas sobre cómo adelgazar saludablemente y mantenerse.
Esta gente se la pasa hablando de comer "bajo en grasas" (y para ellos las únicas grasas saludables son las monoinsaturadas, es decir, el aceite de oliva), comer claras de huevo en lugar de huevos enteros, evitar las carnes rojas, comer gelatina "light" y otros "alimentos" full de edulcorantes artificiales y otros aditivos, comer al menos 5 veces al día para "acelerar el metabolismo", ganar grasa si te saltas el desayuno, comer proteínas para "no perder músculos" o no comer muchas proteínas porque producen "residuos tóxicos".
Si me has estado leyendo desde hace algún tiempo ya sabrás que todo eso que menciono allí son falacias, malinterpretaciones, o simple falta de conocimiento.
No puedo entrar en detalle en cada una de estas (y muchas otras) barbaridades (ejem, perdón, "imprecisiones".......), así que he elegido 7 que me parecen bien importantes y que se han estudiado muy recientemente.
Déjame contarte entonces algunas realidades sobre cómo adelgazar saludable y durablemente.
Realidad 1: Saltarse el desayuno no hace engordar
Por más que a mí me guste mucho la idea de que desayunar es indispensable, la verdad es que las investigaciones (y muchíimas experiencias en el mundo) muestran que eso no es cierto.
¿Alguna vez escuchaste hablar del ayuno intermitente o de los ayunos controlados?
Son practicados por muchísima gente, y no sólo no hacen engordar, sino que ayudan a adelgazar y, más importante aún, ayudan a mejorar la salud.
Pero ojo, aquí no se trata de dejar de desayunar todos los días, o cuando nos provoque. Se trata de formas de introducir periodos de ayuno de una manera planificada y estructurada.
Ya expliqué antes las ventajas de los ayunos y las dietas desintoxicantes, pero en resumen el punto es que, al darle a tu sistema digestivo unas horas de "vacaciones", éste tiene más energía disponible para regenerarse y autolimpiarse.
Al mismo tiempo, las horas sin comida implican horas en que tendrás niveles bajos de insulina y, en esos momentos, tu cuerpo estará obteniendo energía de las grasas almacenadas.
NO es cierto que si te saltas el desayuno engordarás, o que si te saltas el desayuno perderás masa muscular.
Lo que SÍ es cierto es que, estadísticamente, la gente que no desayuna tiende a tener un hambre incontrolable en el almuerzo y termina comiendo más de la cuenta o eligiendo comer las comidas equivocadas (papas fritas en lugar de ensalada).
Además, si sufres de hipoglicemia, diabetes, o tienes otra condición particular de salud (como estar embarazada), no es para nada recomendable realizar ayunos debido a que, en esos casos, la prioridad es mantener niveles estables de glucosa en la sangre a lo largo del día y de la noche.
Es por eso que hacer ayunos ni es para todo el mundo ni puede hacerse a lo loco.
Hay varios protocolos ya muy conocidos y ampliamente probados (con éxito) de ayunos controlados, por ejemplo:
LeanGains, e Martin BerkhanEat Stop Eat, de Brad PilonLa Dieta del Guerrero, de Ori HofmeklerLos ayunos propuestos varían de 10 a 24 horas.
Para más información sobre esto puedes chequear este post del Dr. Mercola en el que enlaza a varios artículos y estudios científicos sobre el tema.
Realidad 2: Comer frutas y verduras no te hace inmune al sobrepeso
La mayoría de la gente necesita comer más verduras y frutas de lo que come actualmente, sí.
Pero eso solo no va a garantizar que no engordes.
Según un estudio publicado en enero en el American Journal of Clinical Nutrition, comer gran cantidad de frutas y verduras no es suficiente para prevenir el sobrepeso que llega con los años (excepto en las personas que acaban de dejar de fumar).
Los autores hallaron que, entre 374.000 adultos de 10 países europeos controlados durante cinco años, los que más frutas y verduras consumían no eran menos propensos a engordar tras considerar otros factores, como las calorías consumidas y el ejercicio.
Lo que quiero resaltar aquí es que, aunque por supuesto que recomiendo aumentar considerablemente el consumo de frutas y verduras (sobretodo de verduras), eso no es lo único que se debe considerar a la hora de adoptar un plan alimenticio que te permita perder la grasa de sobra y mantenerte en forma para el resto de tu vida.
¿Que qué otras cosas hay que hacer entonces?
Más tarde te lo digo...
Pero antes, sigamos viendo otras realidades.
Realidad 3: Hacer ejercicio no previene el aumento de peso
Éste es otro gran mito que corre mucho por allí, sobretodo entre los fanáticos y entusiastas del ejercicio a quienes les encanta promover la actividad física como algo indispensable.
Y sí, es indispensable. Ya se sabe que el sedentarismo es un factor que contribuye fuertemente al desarrollo de montón de enfermedades.
Pero una cosa es que sea necesario para tener un cuerpo saludable, y otra cosa es su efecto real en términos del adelgazamiento y del mantenimiento del peso.
NO es cierto aquello de que mientras más ejercicio hagas más vas a adelgazar.
En un estudio publicado en febrero en el American Journal of Clinical Nutrition, el autor lo dice muy claro:
La idea de que se puede regular el peso corporal con mucha actividad física carece de sustento en nuestro estudio.El estudio comparaba la ganancia de peso durante las fiestas de Diciembre entre personas con distintos niveles de actividad física.
(Así que la próxima vez que se acerque una fiesta, no creas que con matarte haciendo ejercicio vas a evitar engordar)
Tampoco es cierto que el mejor ejercicio para adelgazar es hacer cardio a intensidad baja o media (pero eso es tema de otro artículo... de hecho, ya lo he explicado antes).
En realidad, el ejercicio usualmente nos hace tener más hambre, y la cantidad de calorías quemadas durante la actividad física es usualmente despreciable cuando la comparas con las calorías que ingieres al comerte una mísera rebanada de pan, por ejemplo.
El punto es que aquello de que tienes que hacer ejercicio para quemar calorías, y que gracias a eso vas a adelgazar, es falso.
Lo que SÍ es cierto (y es ésta la mayor ventaja del ejercicio) es que te ayuda a mejorar la sensibilidad a la insulina...
... y eso SÍ tiene un efecto importante sobre si tu cuerpo va a almacenar o a quemar las grasas.
Pero insisto, más adelante te cuento sobre esto.
Sigamos...
Realidad 4: Usar sacarina y otros edulcorantes artificiales hace engordar
Bueno, mis lectores asiduos saben de sobra sobre esto.
Lo que me crispa los nervios es ver cómo la gente utiliza de forma indiscriminada la palabra edulcorante.
Primero que nada, que quede claro: un edulcorante es cualquier sustancia que endulza.
El azúcar es edulcorante. La fructosa también, y la miel también.
Ya sabemos los problemas que causan estos edulcorantes naturales (y si no los sabes, te invito a revisar mis artículos sobre la fructosa).
Pero el punto es que muchos "expertos" recomiendan a cambio el consumo de edulcorantes artificiales... aún cuando hoy día ya se sabe que quienes consumen alimentos edulcorados artificialemente engordan más que quienes toman las versiones azucaradas de estos alimentos.
Sí, la Coca-Cola light engorda más que la Coca-Cola normal.
Así que ese refresco "cero-calorías" que te tomabas jurando que te iba a ayudar a adelgazar, en realidad te está haciendo empacar moléculas de grasa en las zonas en las que menos las quieres.
Uno de los peores edulcorantes artificiales es la sacarina. Pero bueno, es uno de los peores porque es el más antiguo y es del que se tiene más información.
Por ejemplo, en un artículo publicado en ABC News sobre un estudio que apareció en el journal of Behavioral Neuroscience, explican los posibles mecanismos por los cuales los edulcorantes artificiales terminan haciéndonos comer más de la cuenta, y más de lo que engorda.
Se cree que se trata de un corto-circuito cerebral: estas sustancias artificiales interactúan con nuestro cerebro estropeando los mecanismos naturales de saciedad y estimulando los antojos.
Ya entiendes los resultados...
A continuación...
En la segunda parte de este artículo te contaré las 3 realidades faltantes, y además te voy a revelar cuál es el enfoque 100% probado, seguro y saludable, que yo recomiendo para adelgazar como debe ser y para siempre.
¡No te lo pierdas!
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